El proyecto del PROGRAMA VOLUNTARIADO está totalmente diseñado.
Decidimos embarcarnos en este nuevo proyecto debido a que es una buena ocasión para conocer in situ la realidad y el día a día de los orfanatos de Filipinas, además de poder ayudar durante dos meses con un equipo humano dispuesto a trabajar de manera totalmente desinteresada para, en este caso, el Hospicio de San José de Manila.
Después de preguntar a distintos orfanatos de Manila y sopesar cual sería el elegido, la Asociación decidió enviar a dos voluntarias al Hospicio, tanto por la capacidad de alojamiento y manutención que nos ofrecían como por el mayor número de niños y menores con necesidades especiales, que necesitaban la ayuda que ofrecíamos.
Publicitamos el Programa Voluntariado a los Colegios Oficiales de Enfermería, Psicología, Trabajadores Sociales y al de Fisioterapeutas de Cataluña y de Castilla León, pensando que habría pocos candidatos ya que una de las condiciones era que el voluntario se tendría que costear el billete de avión.
Empezamos a recibir muchos correos electrónicos interesándose por el voluntariado de la Asociación y decidimos que las elegidas para ir durante dos meses al Hospicio San José de Manila serían una Trabajadora Social de Burgos y una Fisioterapeuta de Barcelona.
Debido a problemas personales, una de las dos voluntarias tuvo que declinar el ir a Manila y escogimos a otra persona que coincidiera con la misma disponibilidad que la diplomada en fisioterapia.
Finalmente, Batang Masaya enviará para el Programa de Voluntariado a dos profesionales especializadas en fisioterapia pediátrica y neurorehabilitadora.
Una vez el programa finalice y las voluntarias regresen a España nos entregarán un informe acompañado de fotografías para luego poder desarrollar actividades de sensibilización de la situación social de Filipinas.
Decidimos embarcarnos en este nuevo proyecto debido a que es una buena ocasión para conocer in situ la realidad y el día a día de los orfanatos de Filipinas, además de poder ayudar durante dos meses con un equipo humano dispuesto a trabajar de manera totalmente desinteresada para, en este caso, el Hospicio de San José de Manila.
Después de preguntar a distintos orfanatos de Manila y sopesar cual sería el elegido, la Asociación decidió enviar a dos voluntarias al Hospicio, tanto por la capacidad de alojamiento y manutención que nos ofrecían como por el mayor número de niños y menores con necesidades especiales, que necesitaban la ayuda que ofrecíamos.
Publicitamos el Programa Voluntariado a los Colegios Oficiales de Enfermería, Psicología, Trabajadores Sociales y al de Fisioterapeutas de Cataluña y de Castilla León, pensando que habría pocos candidatos ya que una de las condiciones era que el voluntario se tendría que costear el billete de avión.
Empezamos a recibir muchos correos electrónicos interesándose por el voluntariado de la Asociación y decidimos que las elegidas para ir durante dos meses al Hospicio San José de Manila serían una Trabajadora Social de Burgos y una Fisioterapeuta de Barcelona.
Debido a problemas personales, una de las dos voluntarias tuvo que declinar el ir a Manila y escogimos a otra persona que coincidiera con la misma disponibilidad que la diplomada en fisioterapia.
Finalmente, Batang Masaya enviará para el Programa de Voluntariado a dos profesionales especializadas en fisioterapia pediátrica y neurorehabilitadora.
Una vez el programa finalice y las voluntarias regresen a España nos entregarán un informe acompañado de fotografías para luego poder desarrollar actividades de sensibilización de la situación social de Filipinas.