Una vez más en éste viaje, tras un día con malas noticias, volvemos a mandaros buenas noticias.
Hoy hemos estado en el orfanato público de Tacloban (Leyte). Nos han recibido muy amablemente en la furgoneta donada por Batang Masaya. No se cuanto hace que donasteis la furgoneta, pero la tienen super cuidada.
El ambiente que había entre los trabajadores era bastante bueno y estaban contentos de que fuéramos a visitarlo.
El orfanato tiene 32 niños con un staff de 26 personas y las instalaciones se veían muy confortables y muy cuidadas. Tenían un jardín amplio en donde jugaban los niños con una zona de juegos exterior que contaba con televisión y varios juguetes. Tenían también guardadas las bicicletas, juguetes, una silla de ruedas y demás material médico que Batang Masaya envió en su momento.
Vimos el comedor. Parecía muy confortable para los niños aunque no pudimos ver que tipo de alimentación recibían.
Contaban con una sala para los bebés de hasta 2 años, bastante higiénica. Contaban con 2 cuidadores para 16 niños aproximadamente. Como siempre nos encontramos el problema de que los biberones no se les daban en brazos sinó apoyados sobre almohadas con los consecuentes problemas que ello acarrea y que ya os explicamos con anterioridad (supuración, otitis).
Había otras 2 habitaciones. Una de niños y otra de niñas entre 2 y 8 años.
Como siempre había varios niños con “necesidades especiales” con distintas edades que permanecían tumbados en sus cunitas a falta de familias que quisieran adoptarlos (al parecer en USA es mas fácil que la gente adopte este tipo de niños)… Nos comentaron lo difícil que es saber en donde ubicar a estos niños a partir de los 8 años, ya que nadie quiere hacerse cargo de ellos. Supusimos que permanecerían allí indefinidamente.
Nos comentaron que los niños salen todos los días al exterior, que van al colegio a la edad que les corresponde y que los visita una pediatra (a la que se le paga un salario) una vez a la semana.
Los niños se mostraban sanos y activos.
En general nuestra impresión ha sido buena. Nos ha alegrado saber que había muchos niños pendientes asignados a sus futuras familias esperando la visita de sus papás.
Tras la visita al orfanato, hemos ido hasta el centro con la trabajadora social y nos han llevado a comer a un sitio muy agradable.
Un abrazo